Doble estreno, fracaso al doble para el Canal RCN
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Doble estreno, fracaso al doble para el Canal RCN

Pink Sauce nos entrega su visión del doble estreno del Canal RCN anunciadas con bombos y platillos pero que no logra cautivar al televidente.

OPINIÓN. Tras los deslucidos finales de Azúcar (8.7) y Contra el tiempo (6.4), el canal RCN prosigue su campaña de Buenos vientos con el lanzamiento de En la boca del Lobo e Hilos de sangre azul. Dos productos que tratarán de lograr, en las postrimerías de la franja prime time y el late, lo que le ha sido completamente esquivo en 2016: liderar en las mediciones de rating, así con lo que le compita Caracol sea el bodrio de El Tesoro o las descafeinadas Historias de una madame.

Digamos que lo positivo en este caso es que los programa estrenados entran a reemplazar los salientes y no la habitual y cuestionadísima política digna de chofer de buseta, que embute en horarios imposibles a los recién llegados, relegando a los existentes a horarios más tardíos. Pero en materia de diversidad de contenidos, RCN sigue en las andadas. Ni bien concluirá Bloque de búsqueda, una novela sobre la lucha contra carteles de drogas, y acto seguido, programan otra. O sea, dos horas de plomo-plomo-plomo, como ya había criticado en múltiples oportunidades, y no solo al canal de las tres letras (para que no digan que soy sectario, mis críticas son muy democráticas, hay palo pa´ todos).

En la boca del lobo nos muestra una pareja dramática imposible: Luis Fernando Hoyos y Carolina Acevedo. Una pareja que se ve tan fría como el iceberg con el que colisionó el Titanic. La trama se siente un after party de otros productos que pasaron o pasan sin pena ni gloria en el canal RCN como Comando élite, El estilista o su misma antecesora de franja, Bloque de búsqueda. ¿Es En la boca del lobo la versión RCNista de El Cartel de los sapos? Parte de la misma premisa: Un hombre traicionando a la mafia.

La novela comenzó ambientada en un 1995, con el mismo recurso manido de cambiar los nombres de los personajes e instituciones, aunque todos sabemos quiénes eran Pablo Escobar (Aquí llamado “Flavio Escolar”), los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela (aquí llamados “Manuel y Edilberto Ramírez Orjuela”), Guillermo Pallomari (a.k.a. “Palomino”, interpretado con los topicazos de los chilenos por Cristóbal Errázuriz) el cartel de Cali, el América de Cali (acá conocido como “La Roja”), Drogas la Rebaja (aquí llamada “La Barata”)… una historia narrada con voz en off por el personaje de Hoyos (Ricardo Salgado) desde el comienzo del episodio debut. Nada nuevo bajo el sol. ¿Hasta cuándo vamos a hablar de los carteles de la droga en las novelas nacionales? ¿No hay otros temas? Ya estoy francamente mamado de esto. Luego nos quejamos de que en el extranjero nos tengan en tan mala imagen, por mas Catherine Ibarguen u Oscar Figueroa que tengamos.

Vista una traquetonovela, vistas todas. Todas muestran lo mismo. Es más, ¡hasta comparten elencos! La novela solo me produjo bostezos de principio a fin. La musicalización, cual ruin capítulo de Musidramas, musicalizado porque sí y porque no. La calidad de la imagen deja mucho que desear. Y fue toda una sucesión de escenas incoherentes como la prueba del polígrafo, la de la planta carnívora, la llegada de policías bachilleres a la sede del equipo de futbol, el intento de fuga de los protagonistas, el llanto del personaje de Carolina Acevedo; la muestra de los disquetes con las llamadas, y luego, una vuelta a una Bogotá de 1989, y el encuentro de Ricardo con su enlace con los mafiosos. Todo con el uso y el abuso del fingido acento vallecaucano. Sinceramente, ¡NO MÁS! El final lo sabemos todos: El Cartel de Cali cayó, varios de ellos fueron extraditados.

Hilos de Sangre Azul

Hilos de sangre azul, por su parte, si bien parte de una historia adaptada de una obra de Patricia Lara, llega como un suspense a reemplazar a otro suspense como lo fue Contra el tiempo. Ah, Contra el tiempo, esa novela en la que el canal RCN nunca creyó, que la trastearon y trastearon y prácticamente nunca funcionó. Acabada casi a los escobazos, fue un producto que perdió el norte meses antes de acabarse ¿Ese es el destino que le espera a la ya descongelada Hilos de sangre azul? Parece que sí.

La novela comienza con mucha gente persiguiendo a Pedro Ospina (Juan Pablo Espinosa) hasta hacerlo querer suicidarse pero…no, todo es una pesadilla. Pero las malas noticias le llegan apenas al despertar. Cada llamada es casi una tortura para él, y el abogado Cleves (personificado por Luis Eduardo Motoa) llega, solo para recibirle un carro como forma de pago por sus servicios, pero antes que pidiera llevárselo, otro “estafado” por Ospina (George Slebi) llega a destrozar el carro. ¿Esto es Inversiones el ABC pero con “mejor elenco”? O debería decir, con un elenco donde parecen haber buenos nombres (María Cecilia Botero, Constanza Duque, Kepa Amuchástegui, German Quintero), pero que no despega. Y no despega por personajes como los vecinos de Ospina, a cual peor de todos.

Si con En la boca del lobo había una pareja con poca química, entre Diana Hoyos y Juan Pablo Espinosa es inexistente. Y entre la misma Hoyos y Juan Pablo Shuck es de obra de colegio. El episodio debut es la patética decadencia de Ospina –que no sabemos de dónde surgió, aunque se presume- y la de todos a los que él arrastró en su desgracia hasta el trágico final de él. O sea, un crimen sin resolver desde el primer episodio ¿Dónde vimos esto antes? Ah, sí, en Contra El Tiempo. Solo que aquí el muerto se tardó hasta el final del episodio en ser asesinado ¿Alguien entendió esa delirante escena del almuerzo con caviar y trufas en medio de las protestas? ¿O la llamada de la mamá? ¿O eso de poner “La Bikina”? ¿Se supone que en los siguientes capítulos jugaremos al Clue entre casi todos los personajes que sobreviven?

A veces creo que estos Buenos vientos para RCN no llegan ni al vientico de la Rosa de Guadalupe. Estas dos novelas me lo demostraron.

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